
Para ti: Hermoso Jardin tantrico y argonomico...citandote llameantemente: "De tu Mogador a Mi Mogador"...
Un sencillo homenaje al sonido en ti... porque mi aniquilacion y mi despertar se vuelven eternos en medio de tu extension iluminada la cual me posee invisiblemente una y otra vez... con voracidad y con ternura...
III. EL ECO INCENDIARIO
El apheiron del amor
… El origen del sonido a través del susurro inconsecuente de la mujer. Su arjé fue apertura volcánica de la expresión amante de los cuerpos del aire. En el desarrollo amoroso de las formas invisibles una cúpula de ensueño dio cabida al logos sabio y seductor. Entonces, las madejas de tersa obsesión se entretejieron como en un baile numérico el cual amenazaba con multiplicarse en mil figuras femeniles que solo respondían a un solo conjuro: ******. La eternidad surgía del fondo de una entraña apanalada que palpitaba inclemente en sus ojos de agua, fiel reflejo del fuego inclemente que resurge dejando una procesión de plumas refulgentes y fenicias. En medio de la metempsicosis súbita ante la visión afiebrada de su estampa perfumada, el apheiron amenaza su figura con la promesa de lo inmutable: Un Mapa del Amor en su Cuerpo y en su Sangre que fluye. El camino a seguir era un sendero iconográfico lleno de cámaras mortuorias hechas de carne y de exequias puntiagudas y filosas, ambas dispuestas deliciosamente para la bienvenida del placer último y primero:
“Boca del lobo
Deliciosa condena.
La correa de los siete picos untándose
Fanáticamente
Para abrirme a la Transformación.
¡ Ven, Bestia de la noche
Ungida
En la desnudez profusa y animal !
¡Enséñame los fragantes anillos!
Incrústalos nueve veces
En los contornos hinchados de mi clítoris hambrienta.
Abre el umbral de las aureolas de mis senos
Enciéndelas
Y apágalas
Cuando la aguja caníbal de tu lengua
Muestre el desafío y el cascabel en su punta filosa, fría.
En los contornos hinchados de mi clítoris hambrienta.
Abre el umbral de las aureolas de mis senos
Enciéndelas
Y apágalas
Cuando la aguja caníbal de tu lengua
Muestre el desafío y el cascabel en su punta filosa, fría.
Enciende el interruptor metálico de mi ombligo
Mojando la punta de tu dedo
Con la lava pastosa y cruel de tu saliva.
Envuélveme en la brutalidad extensa de la piel jadeante
Bendice y corona mi extensión con tu baba incendiara
Exhumamando una y otra vez mi carne sofocada
Con el brillo intenso
De tu sudor prometeico.
Entonces,
Muéstrame la arqueología de mi cuerpo
Al fundirse con el tuyo
Inundándome de conocimiento
Al colocar los grilletes y las cadenas.
Abre de nuevo mis labios lúbricos…
Y, con fiereza
Coloca el Infinito, como Sello amante
En mis mas intimas compuertas carnales”
A partir de entonces "La arqueología en el cuerpo de *****"- Mujer (dueña y diosa, reina) suena cada vez que en los ojos de un amante contempla la protesta indescriptible de una pasión crepitante, fulgurosa, la cual llegara anhelante y ansiosa, colmada de nuevos e insistentes sonidos invisibles…
...Un preámbulo entusiasta para la unción escandalosa del amor...