martes, 8 de abril de 2008

EL APHEIRON DEL AMOR


Para ti: Hermoso Jardin tantrico y argonomico...citandote llameantemente: "De tu Mogador a Mi Mogador"...


Un sencillo homenaje al sonido en ti... porque mi aniquilacion y mi despertar se vuelven eternos en medio de tu extension iluminada la cual me posee invisiblemente una y otra vez... con voracidad y con ternura...


III. EL ECO INCENDIARIO


El apheiron del amor


… El origen del sonido a través del susurro inconsecuente de la mujer. Su arjé fue apertura volcánica de la expresión amante de los cuerpos del aire. En el desarrollo amoroso de las formas invisibles una cúpula de ensueño dio cabida al logos sabio y seductor. Entonces, las madejas de tersa obsesión se entretejieron como en un baile numérico el cual amenazaba con multiplicarse en mil figuras femeniles que solo respondían a un solo conjuro: ******. La eternidad surgía del fondo de una entraña apanalada que palpitaba inclemente en sus ojos de agua, fiel reflejo del fuego inclemente que resurge dejando una procesión de plumas refulgentes y fenicias. En medio de la metempsicosis súbita ante la visión afiebrada de su estampa perfumada, el apheiron amenaza su figura con la promesa de lo inmutable: Un Mapa del Amor en su Cuerpo y en su Sangre que fluye. El camino a seguir era un sendero iconográfico lleno de cámaras mortuorias hechas de carne y de exequias puntiagudas y filosas, ambas dispuestas deliciosamente para la bienvenida del placer último y primero:


“Boca del lobo
Deliciosa condena.


La correa de los siete picos untándose
Fanáticamente
Para abrirme a la Transformación.


¡ Ven, Bestia de la noche
Ungida
En la desnudez profusa y animal !


¡Enséñame los fragantes anillos!

Incrústalos nueve veces
En los contornos hinchados de mi clítoris hambrienta.

Abre el umbral de las aureolas de mis senos
Enciéndelas
Y apágalas
Cuando la aguja caníbal de tu lengua
Muestre el desafío y el cascabel en su punta filosa, fría.


Enciende el interruptor metálico de mi ombligo
Mojando la punta de tu dedo
Con la lava pastosa y cruel de tu saliva.


Envuélveme en la brutalidad extensa de la piel jadeante
Bendice y corona mi extensión con tu baba incendiara
Exhumamando una y otra vez mi carne sofocada
Con el brillo intenso
De tu sudor prometeico.


Entonces,


Muéstrame la arqueología de mi cuerpo


Al fundirse con el tuyo


Inundándome de conocimiento


Al colocar los grilletes y las cadenas.


Abre de nuevo mis labios lúbricos…


Y, con fiereza


Coloca el Infinito, como Sello amante


En mis mas intimas compuertas carnales”



A partir de entonces "La arqueología en el cuerpo de *****"- Mujer (dueña y diosa, reina) suena cada vez que en los ojos de un amante contempla la protesta indescriptible de una pasión crepitante, fulgurosa, la cual llegara anhelante y ansiosa, colmada de nuevos e insistentes sonidos invisibles…
...Un preámbulo entusiasta para la unción escandalosa del amor...

EL YANG DEL EROTISMO: LA SEDUCCION DEL LOGOS

Para ti: Mogador y Enredadera Alada y Negra (de bordes metalicos en forma de cadena infinita)

(" M / M...laberinto selvatico y boscoso develando los sonidos del cuerpo amante)

II. LA EUFONÍA DEL SER

El Yang del Erotismo: La seducción del Logos

Después que el baile ingenuo de los cuerpos amantes ha cumplido su antojo extravagante y ardoroso, el domo celeste se recoge ínfimamente a una nueva entrega no menos llena de candor y embeleso: la de la vigilia y el ensueño. Ya se escuchan por aquí y por allá siseos bajitos, acallados, que, con pacifica vehemencia, dan la bienvenida al cendal reluciente, nítido, de Maya y a la flauta, translucida y contemplativa, de Orfeo. Así pues, en medio de esta marcha luminosa de visiones apolíneas el logos de la dueña omnisciente del viento nuevo (*******) se levanta impetuoso y suave cual coloso despiadado e inclemente. Será Heráclito, sabio nebuloso y explorador del retorno, quien intuiría hegemónicamente la constitución de ese logos creciente en el pabellón inaccesible del ser en el ser. El oscuro nombraría a esta forma: Fuego. Que en el lenguaje signico de la diosa cobra la imagen viva de una llamarada y, que a la vez, trasciende el deslumbramiento al ser ella misma una hoguera, cósmica e infinita.
En ese momento, de ínfimo conocimiento, comenzó a percibirse un canto uniforme, trémulo, que en medio del rencuentro idiosincrático de los hilos invisibles (los cuales conforman el manto luminoso de su vetusto cuerpo), parecía asemejarse en espesor y aroma, al añejamiento del láudano y del nepente mixtificados para la ofrenda y el delirio:

“Ouroborus de la unión sensual

Serpiente astral / vid del sur embriagadora

Serpiente boreal/ grana, conjuro del norte

Áspid conversa en boca entreabierta

(Anhelante y vibratoria)

Ávidamente zigzagueando las bruñidas aristas, taciturnas

Del Deseo Voraz”

Y, de sus labios que pernoctan brotan una multitud de rojos ciruelos que, instantáneamente, demudan en encarnadas flechas, las cuales van dejando un rastro bermellón que cobra la figura proverbial de una grácil mujer. Un rumor terco se intensifica en el centro entrañable de la silueta que parece abrirse con colosal fuerza. De repente, una parvada de avispas astronómicas parece brotar a raudales del piélago femenil traspasando el cielo escarlata y formando consecutivamente sempiternas cascadas de aguijones que parecían herir blandamente el espacio sanguinario. Un nuevo canto comenzó a mezclarse soporíficamente con la letanía del Viento Serpenteante:

“Ojos de Capricho Incendiario:
Carne y Sangre de Nahual.

Soy la orbita inflamable cohabitando en tu lengua
Y también
Soy lengua de Lenguas
Humedad salina que te aprieta la garganta tiernamente
Dejándote sedienta.

Soy la libélula que resbala en tu entrepierna
Despertando gustosa la cacofonía acaramelada de tu panal
Llenándola de uvas y miel.

Soy tu amante incendiario:
El fuego Eterno
Entrando despiadado por tu pilar oculto
Jugoso y tibio,
Elegante y palpitante
Como una llama gemela que siempre ha aguardado
La fusión amorosa”

Su sonrisa entonces parece columpiarse. Sus ojos aun permanecen cerrados por el Ensueño de los Cantos Llameantes. Un aroma de cenizas le pica arbitrariamente el olfato, despertándola. Entonces, cree observar un espíritu fatuo saliendo de su boca que, en medio de la dulce exhalación del despertar, la obliga con frenesí a llevarse los dedos a sus labios, que se encuentran hinchados, calientes…hervidos de purpura y sueño.

UN MURMULLO ANTIGUO (Amor Blanco y Amor Negro)

¡Amor Negro!
Musica parda y angulosa
Desesperante, volitiva.

El deseo:
Su apoteosis cosmogónica
Mito anhelante e inconsecuente,
Canto vaporoso, impreciso/al borde de una teatralidad cubica y escandalosa.

Un susurro,
murmullo antiguo,
Voz elíptica y geométrica
" Soy el instinto y el arrebato/Exegeta vaporoso/
Cosmonauta reptante al asecho del concubinato incestuoso de la immanencia."

Perversion, Herida y Pontos atravesando al centro...
Fuente vaginal expuesta y ansiosa…a la espera del espectáculo del despertar oceánico

Empieza la danza:
(Los contrarios se entretejen lamiendo las tesituras de sus signos relativos)
Ditirambo amoroso
Agresion ciega/La del toque de los mundos al borde del llanto y del orgasmo
Entonces,
La carne se abre/el rio refluye
los montes de la deconstrucción y la creación se llenan de pus calida y transparente: ¡¡Cruel!!

¡Amor Blanco!
Cadencia blanda y zigzageante
Transgresion clara y existencia pura...

Con Violencia...
Con Violacion cesan la danza y el amor blanco y negro.