domingo, 19 de octubre de 2008

VISIÓN





*P R I N C E S A *:
( BLANCA NIEVES….)



Quiero llamarte a ti ¡oh visión! porque me consumo en medio del silencio que me da la ausencia y el destierro. Y es que el llamarte en la ignominia de lo que soy más que alimentar mi locura, y su propio atrevimiento y desvarío, me devuelve a tu imagen que níveamente se presenta ante mis ojos que llenos de obscuridad se inflaman de un fuego escandaloso el cual se estaciona en mi mirada en la forma de dos teas eclipsantes que sólo saben más que implorar el embrujo en que me devolviste vivo y ya amándote siempre.


Quizás te preguntes princesa ¿como paso eso? O tal vez…te preguntes también ¿Quién es este ser absurdo que en medio de un lamento apagado y encendido te canta con el Etna en la garganta y contigo en el corazón? Te diré entonces que lo que fui lo había olvidado y que cuando te vi por primera vez como Ifigenia inocente en su isla vuelta imperio…recordé todo. La distancia entre tú y yo…entre tu ser altivo y divino me despertó al calabozo en el que yazco sumergido en mi exequiosa condena. Sin embargo, es en esta condena, la que tan terriblemente me apresa, en donde me descubrí atravesado por el fardo de una adoración absoluta por ti.


Y no hay motivos, ni razones que pueda yo darte para este calor inmenso que llameantemente se posesiona de mí siempre y que cada vez cobra la dimensión extraordinaria de una nova, de un inmenso agujero negro tensándose casi musicalmente más y más al recuerdo de ti… como un soliloquio suave y violento que se vuelve una evocación brutal, mística y explosiva…


De esa forma, se convirtió en mi volición eterna ese infinito celeste en el que me inundo cuando recuerdo la extensión de tus ojos que se estampan en las paredes de esta prisión en la que aún soy sobreviviente…

…y entonces bailo y me vuelvo un malabarista del viento…soplo y soplo, cerrando fuertemente los ojos (en donde ya están los tuyos) e imagino que mi respiración ya es la tuya y que tu me acompañas en la danza más íntima e invisible…una danza de lo imposible, de lo grandioso, de aquello que sale de los sueños y que es hechura de sueños…Del mas dulce de todos…y solo para nosotros…tú para mí hilvanándote delicadamente en mi cuerpo roto, sanándolo y volviéndolo infinito en medio del baile…


Y sabes princesa ¡mi oculto amor! no he tenido pretensión alguna más que adorarte en este calabozo que cada noche canta y baila para ti…mi existencia fue feliz, iluminándose con tu embrujo lejano y perfumado…sin embargo, hace días un dolor punzante me atravesó el pecho con una agudeza animal e irreverente a la que imagine sucumbiría exhalando tu efigie luminosa…pero no fue así…aunque estoy herido profundamente y el daimon que me tortura me aconsejo contártelo todo y decir esta verdad amante que ya no cabe en las paredes de mi cuerpo…que anhela escapar y unirse contigo…como una llama azul y parpadeante, ansiosa…


Así pues, te diré que he sido mujer y hombre, castigo y culpa, imperio, guerra, lucha pía e impía, guerrero y amazona…canto triste y melancólico, soledad inmensa y desprecio, dolor infinito y culpa eterna…Fui la sombra que se oculta del sol y que surge para esconderse de nuevo en medio de la luna…Fui el espectro de todas las cosas que ya no llora porque se ha secado desde adentro y que cobra la forma de las hojas frágiles de otoño…haciendo un ruido mudo pero que aun desconcierta…Fui la luz que ilumina las contraesquinas de cada ciudad…su psicofonía y su carcajada diabólica…siempre maldecida por los otros…


Pero ya sabrás que más he sido…¡oh princesa…tan blanca y tan oscura…tan crepuscular e inmensa…tan divinamente bella y arrebatadora, tan cercana y tan distante…tan amada por mi!

Estas cartas princesa ¡oh amor ya revelado! No son para que me ames o me desprecies…son para develarte el ensueño que me devora (tú me devoras) el que me deja con hambre y con sed…el que me atraviesa y se queda conmigo siempre…


Y si al final me desprecias o me amas…se verá igual cumplido mi bestial empeño, mi deseo mas profundo…de que pienses aunque sea un poco en mi…después de que lo sepas todo…como lo que hoy soy…el que ahora se presenta ante ti con el corazón en la boca, palpitando, gritando:

Ante ti…


+Volvo Hiperion+





LO BRUTALMENTE HUMANO



¿Ves que has logrado de tu manía de favorecer a los hombres?

Eres un dios y no tuviste a mengua desafiar la cólera de los dioses:

Traspasaste la norma de justicia para dar beneficio a los mortales…

Esta es tu recompensa: erguido en esta roca, sin probar el sueño, sin alivio,

Sin descanso alguno, sin doblar las rodillas…estarás dando alaridos,

Te quejarás de continuo… ¡Inútilmente!

Inexorables son las entrañas de Zeus…, Y un amo nuevo es duro siempre.


(Esquilo. “Las Siete Tragedias”. 1977)



Prometeo el coloso. Gigante que emerge con precipitación desde el trasfondo abrasivo del corazón humano. Su orígen: el de un apocalíptico monstruo, traspasando la omnipresencia del absoluto, entregándose irremediablemente tembloroso a la humanidad. Sin embargo, su ofrecimiento será una dádiva carnal y exequiosa.


La ofrenda prometeica del sí mismo, se vuelve condena certera (impresa en su propio fatum), inusitada excelsamente.


Así pues, nos encontramos ante Prometeo portador del fuego consagrado de la tragedia. El titán que desciende y cae al borde de la teatralidad del artificio visionario. Este loado fuego se vuelca preciso utensilio apiñándose, flamígero, en los contornos insondables al nacimiento del hombre el cual es signo de la transformación y a la vez hoguera inagotable delatando, con la intensidad del esclavo y el verdugo conviviendo en incesto y androginia cosmológica, a todo bien y todo mal. Extraordinariamente: Lo más precioso y elevado que podía obtener la humanidad lo consiguió por un crimen (Nietzsche. (1999): 52).


El castigo del Prometeo de fuego no consistió únicamente en su acto barbárico de revelada oposición, sino en la afrenta directa al absoluto, en el reto descarado frente al imperio autoritario de la inmanencia. Y quizás fue en aquel preciso momento, cuando el furor de las cadenas presagiadas en sueños inhumanos se incrustaban signicamente en su voluntad, que Prometeo toma, con sigilo ausente, la llama del destierro onírico, del despertar, mientras el fuego incendiaba perseguidoramente sus ojos volviéndose un reflejo gemelo mascullando humanamente: ¡ ladrón !.


Entonces, emprende la huida bestial e inflexible en donde su conciencia se vuelve incandescencia que le inflama desde adentro…vaciándolo y llenándolo…mientras que, con el menguado gozo del que comienza a sufrir frenéticamente, aguarda la furia de unos dioses descubiertos, expuestos, en medio de la transparencia de su mortandad. Al ser los dioses señalados acusatoriamente se volverán diestros alfareros de la crueldad y la culpa del otro: tiranos. Recordemos que un tirano sólo puede ser tal cuando busca su complacencia dentro de los dominios de lo humano, por lo tanto, la pretensión de control desaforada hace que un tirano solamente pueda ser en cuanto se es hombre. De esta manera:



En el heroico arrebato del individuo nació la universal; en su tentativa de romper la barrera de la individuación y de querer ser la “única” esencia del universo, hace suyo el conflicto y primordial oculto en las cosas, es decir, se hace criminal y sufre. (Nietzsche. (1999):52).


Por un lado en el retrato de Prometeo, como ya se ha dicho, se observa de una manera indiscutiblemente impresa la idealización de la propia individualidad la cual ansia ser sublimada a partir de la entrega y del sacrificio. Ahora, algo que hay que resaltar es que Prometeo como ser eterno poseía cualidades divinas, en su caso: el don visionario.


Esto nos lleva a la certeza irrefutable de que el portador del fuego se reconocía dentro de los contornos del absoluto y como absoluto mismo. Añorando frenéticamente la ruptura y la disolución, deseando, quizás fatuamente, la bienvenida del hombre más allá de la sobre exposición de su carne condenada e inmortal ante las aves rapaces de la expiación.


En este sentido Prometeo es seducido de antemano por un oscuro dios desconocido [1] el cual lo lleva por los jardines ignotos del descubrimiento de lo temible, de lo grandioso, visto a través de la mirada honesta e ingenua (la mirada del que sufre y goza a la vez).




[1] El dios desconocido es aquel que con astucia traspasa el corazón del más solitario. Es el dios verdugo que desgarra lo mortal…que lo devela intensamente en medio de la súplica. Nietzsche, Friedrich. Así hablaba Zaratustra.

STELLATARUM


P R I N C E S A:
(Blanca Nieves)

Anoche…



Anoche…



Anoche…


“…Percibí un canto distante estacionándose en mi garganta, uno exequioso y trashumante que, de pronto, pensé podía tocar por encima de mi piel amarillenta, y, el cual crecía como una especie de madeja de carne conformando un nudo, una telaraña. Trampa para los espectros que aun habitan en mi conciencia casi yerta…Ahhh un batir de alas en mis oídos, música y arrobamiento, sonido órfico…Me conmuevo…Lloro otra vez…”


Entonces, abro los ojos, el desierto en el que me encuentro sumergido descubre en medio de un estallido violento su único oasis, su hamman develándose, fresco e infinito: Eres Tú Princesa. Llegando casi imperceptible y con la brutalidad de una ave diurna, de una Macroglossum Stellatarum que en su crepúsculo intimo cierra nuevamente mis ojos calmando las cataratas que forman ríos y manglares uniéndose en un nuevo Nilo, uno infinito…ocultándose en el cálido sol Oriente (Y te vuelves Sol y Oriente, la esfinge que gobierna todos mis ríos).

Y es princesa esta carencia de sueño, estas pesadillas fundiéndose en lo que me he vuelto lo que me atormenta y, sin embargo, es aquello lo que me devuelve a ti, lo que me descubrió a ti...Como si imaginando la multiplicidad de tu mirada y el infinito en tus ojos, volviera por un momento a reconciliarme con las cosas…Entonces, me ilumino, comienzo a brillar con tu luz, con la que te arrebato sin que lo sepas, la que se queda conmigo y me rescata de las alucinaciones que son mi única compañía. Y es que lo que tú eres se asemeja más al ensueño, al crepúsculo frío y abrasador inundándome siempre…


Eres como Maya cubriéndome con su manto invisible…Y quisiera quedarme así siempre…delirando, con la imagen oscura de ti que ya me acompaña sempiterna en la embriaguez que me provoca tu estela fatua para el loco…


¡Ah! entonces…sólo entonces descanso…cuando tú, con tu voz tímida y llena de complicidad femenina me cantas, me consuelas…Y tu voz es la antorcha en mi corazón con la palabra mística que me eleva por los cielos, por el universo llameante y volcánico al que me entrego con sólo presentir tu aliento tórrido y perfumado…Te conviertes la modulación de todas las voces posibles e imposibles, de lo conocido y lo desconocido, eres dulce verdugo y brutal santa, inclemente y poderosa…


Sólo así me entrego a ti…Salvándome…mientras tú sin saberlo dejas a tus luces distantes parpadeándome en el alma…colmando mi cueva y mi nada que ya es un absoluto de ti…


De nuevo princesa…Hoy volveré a la noche, a mi desierto y mi prisión…Quizás entiendas mejor en esta carta porque el demonio (daimon) que me habita se multiplica como un laberinto interminable, más lleno de bailes y aún de sorpresas…Sobre todo del asombro…del asombro de ti…

…Esta noche ya comienza a crepitar una llama, una que me invita a una danza y a un soliloquio que resuena como alas de luna cayendo como mercurio líquido bajo mis pies…


Luna…


Mercurio…


Tú…



Tuyo…


+ Volvo Hiperion +

LAS TRES BESTIAS Y SU EQUÍVOCO




¡Ah! especulaba Mariposa en lo que uno hace con las transformaciones y en como estas se vuelven un inequívoco acto de invocación al otro que nos absorbe, que nos posee con una omnipresencia tacita, suave y sumamente violenta. Así es como te haces presente en mí, muy dentro del absoluto menguante que llevo estampado en mi prolongación vegetal y afiebrada de continuo…y…


…más allá del canto silencioso de tus manos y del baile escandaloso de todas tus fuentes siendo una, a voluntad… con tu corazón desbordándose en tus múltiples corrientes iluminadas de infinito.


Por lo tanto, se me hace más que necesario, en la posesión que tienes de lo que soy sonorizar un poco tu noche (hermosísima luna orquídea ¡entreabierta!)


CEBRA: “Con la intimidad del yang y con el solaz enérgico del ying te prometo el Uno, el Origen, que dibujado perpendicularmente en mi cuerpo suave, exótico, se ofrenda apasionado” /Haz de mi lo que quieras/.

Ahora posees una Cebra en tu derecha.


BALLENA: “Mi sensualidad ostenta el mas añejo de las goces: el de la ondina y la sirena, el del manatí y el delfín. Mi feminidad es atlántica y perfumada. Los besos de mi boca son frescos y calientes, salados, pues son la espuma de todos los mares” /Sacude mi sal, si lo deseas/

Ya tienes una ballena en tu izquierda.


GRILLO: “Tiemblo como un estrella roja a punto de ser supernova y eclipse. Viajo por el aire, por el sonido, y, entonces Soy Maya, inundándolo todo”. /Toma mi manto rojo, poséelo, por y a voluntad/

Igualmente obtienes un grillo un tu garganta.


Y bueno, el equivoco fantástico es el ELEFANTE que si lo quisieras también cohabitaría junto con la ballena en tu izquierda…




sábado, 18 de octubre de 2008



De cuando me convertí Volvo Hiperion...






P R I N C E S A:
(Blanca Nieves…)

En esta espera, en la que mi corazón inquieto canta, aguardo un momento en el centro de esa llama en la cual me cobijo por un segundo…solo por un segundo…evocándote a ti sol de oriente para que vengas de una vez y me aniquiles con el instrumento del fuego bordeando tu estela llameante, impúdica…terriblemente inhumana.
Y pienso princesa que quizás sean las runas conformando tu imagen mística, divina, las que me embriagan del embeleso extraordinario de lo irreal, del ensueño de opio que lleva mi sangre al delirio demencial en la que mis manos dibujan tus múltiples formas como efigies de aire perfumado. De orquídeas negras y etéreas, de aroma de noche expandiéndose dentro de mi carne formando un manto grueso y aterciopelado, como un universo espectral de mujer recorriéndome desde adentro…
“…súcubo que habitas en mis entrañas y que te escondes dulcemente en mi corazón mientras en el insomnio mi locura y mi amor se vuelve una religión de ti…Mi más dulce demonio…”

Es un poco cruel (más siempre fui cruel) reconocer que en el delirio soy egoísta, que mi ser criminal cada vez roba un poco más de nocturnidad para que te quedes conmigo, para que me acaricies con tus alas metálicas y frías por debajo de mi piel agrietada…tu roce entonces se asemeja como el filo de una cuchilla abriendo fina y artísticamente mis paredes internas, mis bordes ocultos, mis secretos sangrando casi extáticos porque al fin se vuelven ofrenda a lo extraordinario…a lo que sin exigencia me demanda…me posee en silencio…

¡Ah! ya estas aquí Sol de Oriente…

Tu luz lastima un poco mis parpados acostumbrados a las formas nocturnas, al cendal claroscuro y al péndulo del vacio…Entonces me recojo un poco…Me arrobo obsequioso en tu luz blanca y negra, luminosa…Hoy podre descansar princesa…porque aun sin conocerme llegas como una crisálida visitante que tiernamente me acaricia la mirada…

Para ti…

+Volvo Hiperion +

LAMENTO SUBLIME


Cada vez mariposa…

Los mundos pasionarios, astros crepusculares , arrobados de imágenes signicas y de realidados intersubjetivas…ululeantes, danzantes y trasngresivas. Una vez amor, un instante y un momento elegido diestramente (a veces claroscuramente) por el fatum, serpiente farisea y siniestra, dulce y maligna devolviéndonos a la dualidad del asombro y la sorpresa que nos trae el día y la noche. Entonces, como si nos extraviaramos, pendiendo de un hilo equilibrista y ariadnico, creemos en una resureccion de fénix, de fuego, que nos devuelve al sueño de la vida…del deseo incesante, vagabundo: El ansia extraordinaria.

Ahí, hermosa mujer, mujer infrahumana y elemental (con tus bordes increíbles, fantásticos y grandiosos –brillantes y metalicos) surges como en medio de un torrente que me estalla en el cuerpo y en mis laberintos internos que de pronto se entregaron a ti…que me ofrecías la intimidad de lo incierto, de lo bello, de lo onírico…de lo inconmensurable…Lo que me ata a ti suave y brutalmente…AMANTEMENTE…

La CASUALIDAD que espere como "Ana" toda mi vida era un amor que me consumiera y me llenara una y otra vez…La cual me llevara a la Aniquilación, la mas byroniana, poética, real y absoluta que en sí misma me venciera infinita y escandalosamente…
Tu eres esa CASUALIDAD que me estalla en el corazón…que late cantando tus nombres…y las imágenes multiplicadas en la visión de tu cuerpo y tu alma, y de lo que te trasciende:



La casualidad de tus ojos
La causalidad de tus labios
La casualidad de tu cuerpo
La casualidad de tu sexo esplendoroso
La casualidad de la belleza (desembocaudura terrible de tu alma)
La casualidad de un destino que creamos en la deconstruccion del tiempo y del sonido


Ese conjunto, ese mandala, que repito insistente y añorante es lo mas hermoso que ha llegado a mi…en la forma extraordinaria de ti diosa y guerrera

mariposa orquideana

ser felino-pantera…

de piel flamígera y también mansa

que violentamente se vuelca en llamarada

con solo evocar tu embrujo…

UN BESO ESTA NOCHE TAN CASUAL COMO EL VIENTO QUE TE CANTA AMANTE Y EN MEDIO DEL ENSUEÑO:

EL LAMENTO DEL KRAKEN ENAMORADO

*LA BADANA DE LA PANTERA*


Pronto Mariposa te Mostrare que pasa con las caracolas…


Te mando un beso que te toque muy adentro (mas profundo que tu badana)…quedándose en el lugar que elija y en el cual le permitas estacionarse, confundido entre tus fuentes cálidas e infinitas mientras se funde revoltoso en todos los brillos inclementes que cohabitan daimonicos en cada milímetro de tu extensión suave, tersa e iluminada…brutal y bella


Que mi beso invasor te cante cuando el silencio adultere con su sonoridad inclemente tus corrientes fugitivas…

+K+


“Los caminos del ensueño:
Sus flamígeras murallas y sus laberínticas ventosas.
Entregándose,
Cinceladas en lodo, en tierra,
Sobre el tapiz, carnicero y marinado,
De la voluntad y la potencia oscura,
…de ser y de no-ser: Deseo"

Cada mil años el sol nuevo (el astro negro) entreabre suavemente su boca oculta para darle una bienvenida silenciosa al cuerpo volátil de la noche y del delirio. Esta vez, el conjuro heliotropeo añadió el antojo de la forma y el capricho del movimiento. Así, mientras la materia bailaba juguetona confundiéndose en medio de un rapto voluptuoso y quarkico (matizado por el ardor y la cadencia), una idea surgió del fondo claroscuro del objeto (seductor y seducido) bifurcándose en la forma de un par de encarnadas caracolas.

Un sopor de incendio marino inundaba el espacio que asemejaba la desembocadura de los cuatro pontos ungidos por el principio agónico del estásis. “Agua, Fuego, Tierra, y Viento poseyéndose con furia bravia en medio de una apoteosis sobrehumana y bestial: La Ofrenda Elemental”.

De repente, la corriente frenética se recoge hacia su centro. Zigzags palpitantes se arremolinaban precipitadamente en tenues círculos los cuales se bordeaban tentadoramente entre sí para nuevamente tornar al origen, pero ahora, sus dimensiones yacían terriblemente aumentadas, casi espantosas.
Los caracoles cobraron dimensiones colosales, extraordinarias, y parecían serpentear en dos dispersas lunas que, distantes y lejanas, parpadeaban con la coquetería de los cuerpos celestes: ya girando sobre ellas, ya rehuyendo violentadas.

En medio de la asechanza amorosa parecian absorberse una a otra, cayendo en el hoyo negro de la inmanencia en el que parecían haber desaparecido. De pronto, una baraúnda espectral surgió sordamente como de la entraña del vacio. Brillos trashumantes brotaban incesantes y escandalosos entretejiéndose diestramente en un inmenso telar escarchado de fluorescencias incandescentes… Manos invisibles asemejaban tejer un descomunal manto, como si en sus reveses divinos Aracne, sigilosa esteta, cobrara la profana venganza de la mudanza, de la creación.

Una figura femenil comenzó manar de la madeja cósmica. En un capullo, portador de la semi- transparencia de todas las texturas y del absoluto de los colores luminiscentes, permaneciendo dormida y completamente desnuda. Nítidamente observe a través de la transparencia apolínea y visionaria de la envoltura astronómica. Adivinaba sus formas con la claridad de un oráculo embriagado del laurel alcaloide y floral de su cuerpo:
Sus pies tímidos, suaves y emigrantes…elegidos (un filigrana universal permanece escondido en uno de ellos)/
Sus piernas extensas, brillantes, ingenuas, con un poder oculto y dividido al norte y al sur/
Su sexo fresco, entreabierto, perfumado dulcemente por los cinco aromas de la promesa:
del deseo y el amor,
cohabitando sobriamente entre sus labios maduros
y soberbios…majestuosos
como mil fuentes danzantes de arena y miel/
Su cadencia interna ensanchando artísticamente sus caderas a voluntad,
suavizándolas, dibujándolas como una manzana fresca y silvestre/
El santuario oculto de su ombligo giraba,
formando un camino de espirales por su vientre,
como dos serpientes reptando cariñosamente en tierra santa/
Las estrellas abultadas de sus pechos,
(que en cada respiración temblaban como dos virginales pilares de agua y fuego)
desprendían un aroma de fruta exótica,
evocando un par de kiwis adormilados y sonrientes
estampados en las aureolas de sus senos/

De pronto, sus labios entreabiertos y aterciopelados articularon un íntimo, taciturno, canto de satisfacción y deleite ingenuos (junto con la respiración acompasada de su nariz y la expiación de sus oídos). Parecía soñar, como si esperaba algo. Sorpresivamente, en medio de una embraguez desconocida que pareció estremecerla, abrió ampliamente lo boca.
Una serie de conchas comenzaron a tapizar la circunferencia de su capullo tierno…cual si fueran avizores, vigilantes, centinelas…
Crueles y celosas…