...Descorro trémulamente la ventana...
Afuera la calle exhuma las batallas diurnas
destilando arena, plomo y miel.
Y, nitidamente,
aparece el canto invisible,
un soliloquio húmedo
invadiendo al ocaso
sanguinario y escarlata.
Entonces,
mis párpados se vuelven un crepúsculo dividido.
Luz parda,
circular,
escurrida y zigzageante
atravesando los nueve vórtices de la memoria.
Volviéndola
transparentosa e ingrávida:
espectral...
Y mi voz se vuelve repetición de anacoreta.
Cadencia imprecisa
perniciosa y extraordinaria.
La cual me envuelve
en el claroscuro traje del sofista
del fariseo, del gitano!!
En el trance
(en el de la transmutación)
mi sexo traspasa al absoluto
(lo imposible)
y llama a la andróginia
Evocándola!!
Conjurandola!!:
"Soy el hombre (la guerra) y digo: Dame!
Soy la mujer (la condena) que grita: Necesito!!
-Ambos buscamos ansiosos
la reconciliación de los mundos pasionarios
a través del anguloso y parco espejo.-
Y dejamos entreabiertas nuestras bocas
babeantes
husmeando
( hambrientas )
el rabo indistinto de la carne voraz
de la piel gemela y resbaladiza
que aguarda
(en medio de un parpadeo infinitesimal)
el dolor, la tortura,
la herida:
La santa esclavitud!!
(La prision de los contrarios!!)
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